Instalaciones

La belleza está en el interior. Cierto es que los cables, las tuberías y demás partes del esqueleto de una casa no son muy bellos. Sin embargo, una casa sin una buena instalación es como un bomboncito sin cerebro, al final te acaba por no gustar. Pero cuando conoces a alguien y cada vez que quedáis te gusta más y más, eso es comparable a una buena instalación. Porque un buen cambio nace del interior. Y si a eso le sumas que ya que nos hemos puestos manos a la obra es más fácil añadir enchufes donde siempre has querido y tirar por la ventana los malditos alargos, cambiar la iluminación para darle un aire nuevo a tu casa, pues mejor que mejor. Y no hablemos del agua, cuando un domingo por la tarde se te rompe una tubería y tienes que llamar a un fontanero pero te aterroriza la idea porque antes has mirado tu cuenta bancaria y entonces decides esperar a que no sea festivo y maldices que solo haya una llave de paso porque en verdad estaría bien poder ducharte aunque no puedas usar la cocina, por eso, una buena instalación de agua con llaves para cada cosa es mucho mejor. Porque más vale prevenir que llorar.